Te quiero. Siempre te he querido. Desde que tengo uso de razón al menos. Ayer soñe contigo. No me pasaba desde hace mucho tiempo, y soñé contigo. Hoy me he despertado triste, con esa tristeza que te deja desganado para todo, que oprime el corazón y hace emitir suspiros constamente. Y es absurdo decir que es nostalgia, pues no se puede añorar lo que no se ha vivido, no se puede echar en falta lo que no se tiene ni se tuvo.
Es, quizá, una manifestación del dollor acumulado durante años y que he procurado silenciar. Puede que la amargura haya encontrado en el sueño su manera de seguir atormentándome y dando vida a las brasas que quedan de todo aquello, negándose a dejar que se consuma de una maldita vez todo.
Hoy me he despertado enamorado. Juro que anoche disfruté de lo soñado aunque a la postre haya sido doloroso. Te besé por vez primera. Triste es que no te haya rozado la piel en tantos años y te tenga que besar en sueños. Qué me quieres, amor, qué me quieres...
Pues hoy estoy desafinado, totalmente, he caido como 3 tonos y medio. Ando ebrio de melancolía, acompañado por la soledad y... depués de ti no hay nada. Nada. bueno sí. Queda María y menos mal.
La quiero, pero no como te quise a tí y eso me duele también, pues se merece que la quieran más de lo que nunca mereceras tú, Y no puedo quererla como yo quisiera aunque ahora mismo diera la vida por ella. Pero por ti daba la bolsa, la vida y el alma.
Y temo, como es habitul en mi cercano el perderla. Y me aterra. Y Dios se ha ido desdepués de unos intensos meses conmigo. Y si me falta Él, y tú... y si termina por faltarme María... qué será de mi... volveré al abimo del que tantísimo tardé en salir... Y os terminaré de perder a todos.
Nada, solamente era para decirte que aunque tú no te hayas acordado de mi en los últimos 5 años yo no he dejado de recordarte ningún día. Si es que no qusiste ser mia, o yo tuyo, pero tampoco me dejas ser de nadie, tan dentro te tengo anclada. Tu recuerdo es la sangre que me vive. En fin, el que no me quieras es un problema mío.
Eso, que ayer soñé contigo.
Es, quizá, una manifestación del dollor acumulado durante años y que he procurado silenciar. Puede que la amargura haya encontrado en el sueño su manera de seguir atormentándome y dando vida a las brasas que quedan de todo aquello, negándose a dejar que se consuma de una maldita vez todo.
Hoy me he despertado enamorado. Juro que anoche disfruté de lo soñado aunque a la postre haya sido doloroso. Te besé por vez primera. Triste es que no te haya rozado la piel en tantos años y te tenga que besar en sueños. Qué me quieres, amor, qué me quieres...
Pues hoy estoy desafinado, totalmente, he caido como 3 tonos y medio. Ando ebrio de melancolía, acompañado por la soledad y... depués de ti no hay nada. Nada. bueno sí. Queda María y menos mal.
La quiero, pero no como te quise a tí y eso me duele también, pues se merece que la quieran más de lo que nunca mereceras tú, Y no puedo quererla como yo quisiera aunque ahora mismo diera la vida por ella. Pero por ti daba la bolsa, la vida y el alma.
Y temo, como es habitul en mi cercano el perderla. Y me aterra. Y Dios se ha ido desdepués de unos intensos meses conmigo. Y si me falta Él, y tú... y si termina por faltarme María... qué será de mi... volveré al abimo del que tantísimo tardé en salir... Y os terminaré de perder a todos.
Nada, solamente era para decirte que aunque tú no te hayas acordado de mi en los últimos 5 años yo no he dejado de recordarte ningún día. Si es que no qusiste ser mia, o yo tuyo, pero tampoco me dejas ser de nadie, tan dentro te tengo anclada. Tu recuerdo es la sangre que me vive. En fin, el que no me quieras es un problema mío.
Eso, que ayer soñé contigo.
Los sueños no son más que eso, sueños. Habitan en un mundo paralelo y no deben salir de ahí. Da las gracias a Dios (pues siempre sigue estando) por haber soñado, pero no conviertas tu vida en el anhelo de un sueño. No es hora de soñar, es hora de vivir.
ResponderEliminarTe escribe desde su soledad, una absurda mariposa. Soñadora, cómo no.